VIRTUDES DE JOSÉ, EL PADRE ADOPTIVO DE JESÚS, EN EL ADVIENTO Y LA NAVIDAD (Mt 1,24)

VIRTUDES DE JOSÉ, EL PADRE ADOPTIVO DE JESÚS, EN EL ADVIENTO Y LA NAVIDAD (Mt 1,24)
Luis Fernando Castro P.
Teólogo PUJ
Estamos ante una humanidad que evoca una realidad humana, familiar sin padres y sin seres masculinos, hombres acomodados a cambios y a desarrollos competitivos, pero en un creciente desamparo psicológico y proyectivo donde él parece no tener una ruta definida en su quehacer familiar y social. Una realidad producida y opacada por la llamada revolución femenina y, por aquellas ideologías y formas de comprensión del ser humano que se han venido surgiendo en las últimas décadas marcando una fuerte y decidida desconstrucción de las relaciones familiares, el valor de la sexualidad, la identidad y el estilo de vida fundamentado en la educación. La figura del varón y su paternidad tan cuestionada y puesta en tela de juicio en los distintos escenarios o ambientes de nuestra realidad donde interactúan hombres y mujeres, optando por prescindir y estar en contra de ellos, como evitando "perpetuar" la masculinidad, mostrando en consecuencia o efecto poca credibilidad de su identidad, función, acción y creación, como respuesta a lo vivido o experimentado en situaciones y experiencias anteriores.

Visto el hombre en estas condiciones propias de lo cotidiano y en la experiencia pronunciada de algunas muletillas usadas por el ser femenino, referido a ellos para ridiculizar o establecer posición, "todos son cortados con la misma tijera", "ya no existen hombres ni caballeros", "no necesitamos de ellos para alcanzar y lograr lo que queremos", provoca que el varón haya terminado por feminizarse. El hombre tiene el temor por desarrollar con efectividad su masculinidad, se siente arrinconado, fuera de lugar, desprovisto de cualquier valor, parece que no puede ni quiere mostrar lo que es como persona, sin pensar a ser juzgado, señalado, rechazado y hoy, más que nunca, golpeado, maltratado, más cuando sus características propias de fortaleza, firmeza, seguridad, conquista, son pilar dentro del ambiente familiar y social. Esto ha causado en el ser masculino una crisis, un sufrimiento en el que se descubre seres ausentes, y sin sentido en un concepto imaginario que sabe más a peligro, amenaza y atropello, una "presa" fácil de manipular y atrapar, al que no se le debe guardar ninguna confianza, respeto ni autoridad. A la luz de la Palabra de Dios, algunas virtudes de José, padre adoptivo de Jesús, dan sentido comprensivo, realización y afirmación familiar y social al ser humano, especialmente al varón para crecer y progresar integralmente en todas las esferas de la vida a la que pertenece y participa constantemente. Veamos: 

1. Sentido a la paternidad: En nuestros pensamientos y experiencias la idea de padre se ha puesto en duda, desvinculando esta presencia en la relación con sus hijos. Sin embargo, la figura de José, nos recuerda el verdadero sentido de la paternidad, como valor insustituible en la relación, la educación y la formación de los hijos. Esto es algo que debemos rescatar como familia y como sociedad. El padre es quien da la seguridad, la firmeza en el hogar. Es un padre amoroso que sabe poner límites, metas para que sus hijos sean responsables y se apropien con eficacia de la vida, crezcan sin el interés de mendigar, superando la mediocridad, incluso en las dificultades y situaciones más difíciles. José es muestra de protección y sostenimiento en los momentos en que María, esperaba al niño sin tener un techo donde pudiera nacer, tuvo que huir hacia Egipto, a tierras desconocidas para estar seguros, realizando sacrificios significativos. De esta manera, la carencia, la ausencia física, afectiva, cognitiva, espiritual de un padre, afecta a los hijos en todo sentido vital. El papá es y no puede ser de otra manera, él es el grande y como hijo soy el pequeño, el padre provee de valores para que descubramos nuevos horizontes, sacándonos de la zona de confort, para que podamos actuar con responsabilidad contribuyendo, aportando y transformando nuestra realidad, nuestro entorno.

2. Sentido a la fidelidad: Frente a la imagen de un ser masculino misógino, infiel, lujurioso, egoísta e incluso violento, agresivo, José representa una fidelidad extrema en la relación con su esposa. Hemos escuchado muchas veces la frase: "Todos los hombres son iguales", sin percatarse que con esta idea se justifica un comportamiento que reduce la personalidad del ser masculino, limitándolo en su quehacer familiar y social, esperando menos de lo que es realmente, impidiéndole que se pueda desplegar con eficacia en cada unos de sus relaciones y ambientes a lo que pertenece y hace parte de un desarrollo dentro de una sociedad. José, como varón tuvo que pasar las situaciones adversas que cualquier hombre puede llegar a padecer en la relación con su mujer. La más conocida es la duda frente al hecho de tener y cuidar un hijo que no era de su sangre, sin embargo, su fidelidad, su fortaleza son sorprendentes y grandiosas porque muestra decisión, tiempo y entrega a Dios, a su familia.

3. Servicio a la familia: La imagen de una masculinidad violenta, machista, hace que la fortaleza física de un hombre no sea valorada como una virtud propia del ser varón. Muchos hijos aprendieron cosas de mamá por la ausencia del padre, creciendo sin aprender a valorar lo que es la virilidad. José, como figura del adviento y de la navidad pone al servicio de la familia su ayuda, su fortaleza, su ánimo para que todos puedan avanzar y progresar integralmente. Un servicio que de ninguna manera sirve para abusar de la autoridad o desarrollar un falso poder. De esta manera, es un hombre que ayuda, protege con su fuerza y firmeza, pero también sirve a su familia, sintiéndose feliz de hacerlo, sacándola de lo superficial para profundizar, logrando alcanzar metas, sueños que los lleve a ser mejor de lo que ya son.

4. Sentido al Silencio: Una de tantas características del hombre y, que es bien conocida por las mujeres es el silencio. Son muchas las mujeres que llegan a perder la paciencia porque descubren en sus esposos, hijos varones silencios prolongados. Sin embargo, es importante aprender del silencio: José fue un hombre silencioso que supo escuchar la voz de Dios en medio de tantos ruidos y distintas voces, para llegar a actuar con decisión y eficacia. De esta manera, el silencio no es pasivo ni indiferente, como tampoco estéril, sino virtuoso porque no buscaba alejarse o ignorar las situaciones adversas o incomprensibles. El silencio era un modo sorprendente para aprender a escuchar, meditar y tomar las mejores decisiones para él y su familia, confrontando los momentos de crisis, de duda y, así dar solución a las mismas para continuar avanzando con confianza en sí mismo, en Dios y en los demás.

5. Sentido al trabajo: El hombre como protector y proveedor de la familia, era en un tiempo, como el de José quien trabaja para sostener el hogar. Si el varón de la casa no trabajaba, entonces la familia no subsistía. José siempre trabajó para que en su familia nada faltará. La perseverancia que ejecutaba en su trabajo daba seguridad a su familia. Sin embargo, no era sólo trabajo, pues dedicaba tiempo también a su familia. Muchos hijos y esposas reclaman que su padre y sus esposo tenga tiempo para ellos. Se escucha que existe padres que trabajan con intensidad dedicando 16 horas del día al trabajo, ésta ausencia trae como consecuencia que los hijos busquen seguridad en otros lados. De manera, que el sentido del trabajo no es para darlo todo a los hijos, es para proveerlo, sin descuidar a la familia. Dicho de otra forma, es importante complementar trabajo y familia, evitando dificultades y crisis en los hijos y en las relaciones con su esposa. Es relevante, entonces hacer sacrificios significativos que libere a los hijos para que ellos lleguen a asumir con responsabilidad su propia identidad.

6. Sentido de discernimiento y decisión: Las acciones y respuestas apresuradas sin previo discernimiento, argumentadas bajo decisiones impulsivas en momentos de duda o en épocas de crisis no son recomendables. José, en un espacio de su proyecto de vida, tuvo que tomar una decisión trascendental como fue el aceptar el embarazo de su esposa, sin repudiarla públicamente mientras que lograba comprender lo que estaba sucediendo y lo que era mejor para ella, lo que menos le perjudicaría frente a la familia y a la sociedad. José, lo "sueña", lo discierne sin afanes y, en esta actitud escucha la voz de Dios quien a través de la presencia de un ángel sale al encuentro, orientándolo para tomar las mejores decisiones. En esto consiste entonces, el valor de discernir para actuar con responsabilidad haciendo el bien, ayudando como seres humanos a los demás, buscando contribuir en su progreso y crecimiento integral.

7. Crecimiento espiritual y familiar: Muchas veces nos hemos referido a la comunidad familiar como una escuela fundamental para el crecimiento y el progreso de la humanidad. Una comunidad que es también social e imagen visible del amor incondicional de Dios. En este sentido, José como padre adoptivo, nos enseña que la comunidad familiar en un espacio constructivo para crecer en el camino de la santidad. José supo vivir cada momento de su vida con intensidad, creciendo espiritual y familiarmente. De este modo, la santidad se convierte en un estilo de vida posible para vivirlo en el ámbito de la familia donde el amor crece, se entrega todos los días en pequeños y grandes detalles, con el compromiso recíproco, generoso a los demás y al servicio constante a la sociedad. Por tanto, estas virtudes sorprendentes de José en este tiempo de Adviento y Navidad no son referidas como base de un cálculo o un desarrollo matemático, pero sí, como posibilidades que llegan a enriquecer nuestro crecimiento personal, como seres humanos, y en especial a nosotros como hombres con una capacidad de progreso en el camino de la vida propuesta por el Señor, sin juicios temerarios ni apresurados, sino con acciones diligentes que hagan de nuestras actitudes un apostolado sin condiciones ni límites. Aprendamos, pues en está época de Adviento y Navidad de José, de su vida, de su humildad y de su servicio a la familia y a la sociedad.
Luis Fernando Castro Parra. Teólogo...Magister en Familia.
luisferflormaria@yahoo.es

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