FORMAR UN NUEVO AMANECER Mt 1, 18-24
FORMAR UN NUEVO AMANECER
Mt 1, 18-24
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Luis Fernando Castro P. Teólogo PUJ |
1. Afrontar la vida con decisión y
confianza (vv. 18-19): Se ha dicho que una persona es más fuerte,
cuando cayendo sabe afrontar las distintas dificultades y circunstancias que se
le presentan en el trascurso de su vida con decisión, con confianza y con
alegría. José, un hombre comprometido, enamorado, dispuesto a casarse con una
mujer a la cual ama y respeta se encontró (situación inesperada) de repente que
con la mujer con quien estaba desposado, está embarazada, esperando un niño que
no es de él. Una situación que seguramente lo derrumbo en su interior,
queriendo dejarlo todo, llevándolo a la angustia, a sentirse confundido, a
generar dudas, a verse lleno de temor y desconcierto ante un
"aparente" engaño e infidelidad de su amada. Sin embargo, este hombre
afronta el momento difícil con decisión y confianza, superando la trampa del
enojo y de la venganza. José en medio del conflicto y de lo que nos puede
también llegar a sorprender en situaciones inesperadas, no salió corriendo,
sino que reflexionó, discernió y tomó una decisión: dejar libre, sin querer
desacreditar a su amada, usando el "repudio en secreto" al
cual por la ley de la época, tenía derecho. Para comenzar a formar un nuevo
tiempo, un nuevo amanecer, una nueva creación en nuestra existencia es
importante que podamos aprender a afrontar las situaciones y los distintos
momentos de nuestra vida con discernimiento, decisión y confianza, evitando
convertir los problemas o las dificultades en una figura desastrosa o en un
acabose en el que ya no hay salida y, en donde creemos que lo mejor es huir o
alejarnos de la realidad para caer en el abandono de la soledad y de la
tristeza. La estrategia de los problemas o de las situaciones adversas que
podemos estar atravesando es hacernos más fuertes, más solidarios, más
generosos para que aprendamos a no perder el control ni tampoco asumir la
actitud de estar buscando culpables por lo que nos pasa o nos deje de pasar.
Afrontar la vida con decisión y confianza es descubrir que con la ayuda de
Dios... por obra del Espíritu Santo... podemos hacer algo
más allá de nuestras situaciones adversas, incomprensibles y complejas, de
nuestras posibilidades y limitaciones, logrando abrir un nuevo amanecer en el
que podemos contribuir a nuestro crecimiento personal, ayudando y compartiendo
lo mejor de nosotros en el progreso integral de los demás.
2.
Seguir Instrucciones (vv. 20-23): Cuando
estamos perdidos o desubicados en algún lugar, las señales o el tener un mapa a
mano se convierten en herramientas para poder avanzar y llegar al objetivo.
Cuando José había tomado ya una decisión basado en el respaldo de la Ley, Dios
por medio de un Ángel se aparece en un sueño (Pausa activa- Medita) para
reconfortarle y entregarle algunas instrucciones (cinco afirmaciones: No
temas tomar contigo a María... porque la criatura que hay en ella viene del
Espíritu Santo...Dará a luz un hijo...le pondrás por nombre Jesús...porque él
salvará a su pueblo de los pecados...) para que una vez esté
"despierto" llegue a ejecutarlas con eficacia en el desarrollo de su
misión. Y es que, en realidad la intervención del Ángel en el sueño de José, no
era tanto para explicar el embarazo o la maternidad de María, sino para indicar
a este hombre justo el papel que le correspondía en el Plan de
Dios: Ponerle nombre al niño, destinándolo a su misión salvadora (Jesús: YHWH
Salva). La instrucción es una forma de aprendizaje con el propósito de
escuchar y actuar eficazmente, logrando mejores y mayores resultados. Seguir
las instrucciones, recomendaciones u orientaciones adecuadas de quien quiere lo
mejor para nosotros nos ayuda a crecer en la grandeza de la humildad, pero
también nos permite profundizar, aclarar ideas para lograr desarrollar con
eficiencia y eficacia la misión que emprendemos en el nuevo amanecer, alcanzando
mejores resultados. Dejarnos guiar o iluminar por aquellas personas, que con su
experiencia y profesionalidad nos ayudan a crecer, es facilitar el camino para
alcanzar las metas que nos hayamos propuesto, logrando mejorar en nuestro
servicio y quehacer cotidiano de nuestra vida, superando los obstáculos que
impiden ejercer con responsabilidad nuestra libertad, donde seguramente
beneficiaremos a los demás, creando ambientes más saludables que contribuyan
constantemente a formar un nuevo tiempo, un nuevo amanecer que nos impulse a
continuar avanzando hacia nuevas cumbres, nuevas metas en el que Dios siempre
nos respaldará (Mt 28, 20) porque está siempre con nosotros (Emmanuel),
fiel a su proyecto inicial.
3. Ponerse al servicio de los demás (vv. 24): Para aceptar formar un nuevo amanecer, un nuevo
tiempo necesitamos tomar con decisión el desafiante camino del emprendimiento,
poniéndose al servicio de los demás. José después de haber escuchado las
instrucciones del Ángel, obedece prontamente y sin discusión, recibiendo en su
casa a María, su esposa. Es el "Fiat" de José que quiere
ponerse al servicio de María y del hijo que ella espera, abrazando así los
planes de Dios y el servicio a su familia. En los tiempos actuales y presentes
de nuestra historia, actuar con rapidez, pensando en todo lo que tenemos que
hacer a lo largo de nuestros días, nos encierra en nuestro propio mundo sin
permitir ver más allá de nuestras necesidades y deseos, sin poder ver lo que
está sucediendo alrededor de nuestra realidad familiar y social. Esto nos
estresa, pero también nos hace alejarnos de la necesidad y la realidad de los
demás, provocando actitudes egoístas y, en ocasiones llegar a estados de
soledad, de depresión y de tristeza. Ponerse al servicio de los demás nos sana,
nos levanta, nos engrandece como personas, nos conduce a mejorar en lo que
somos y en lo que hacemos, facilitando ayudar ante cualquier necesidad que
puedan tener los demás, dándole sentido y valor a nuestra vida. Esta acción nos
saca de nuestros planes, seguridades y comodidades, de nuestra pasividad y de
los distintos problemas de la vida, donde posiblemente nos encontramos para
abrirnos a nuevas experiencias en el que podemos sacar lo mejor de cada uno de
nosotros, enriqueciendo a los demás en las distintas esferas de nuestra vida.
Servir nos ayuda a mejorar y a crecer en nuestras relaciones humanas porque nos
evita centrarnos en nosotros mismos, para lograr centrarnos en el bienestar de
los demás (cf. Mt 25, 40), generando vida, frutos de alegría, de paz en el
ámbito familiar y en la sociedad. En consecuencia, unos de los frutos que
efectuaremos es la alegría interna que causa el reconocer lo que se puede
alcanzar con la ayuda de Dios, pero también nos permite sentirnos libres de
nuestros apegos y aparentes necesidades, despertando las ganas de servir, de
consolar y de animar a otros a desarrollar y disfrutar más su vida en relación
a los demás.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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