EL ARTE DE VIVIR JUNTOS PARA SIEMPRE Mc 10, 2-16 Domingo Vigésimo Séptimo. Tiempo Ordinario (Ciclo B)
EL ARTE DE VIVIR JUNTOS PARA SIEMPRE
Mc 10, 2-16
Domingo Vigésimo Séptimo. Tiempo Ordinario (Ciclo B)
![]() |
Luis Fernando Castro TEÓLOGO PUJ |
Toda opción y proyecto adecuado para la vida está en función de servir y de construir un verdadero amor, junto a otras personas. Sin embargo, ocurre que no siempre es fácil crear buenas relaciones con los demás porque surgen distintos problemas, situaciones que forman malentendidos y en otros casos crea ciertas diferencias que distancian, causando separaciones, rompimiento de amistades, distanciamiento entre una y otra persona. Pero, aún cuando estamos en esta forma de relación constante no queremos vivir solos. Por eso, cuál sea la opción de vida que hayamos decidido tomar y aceptar, no buscamos tan sólo ser fieles a los demás y a Dios, también y en primer lugar a nosotros mismos. A la Luz de la Palabra de Dios, unos fariseos se acercan a Jesús y le hacen una pregunta sobre la practica del divorcio para ponerlo a prueba. La respuesta del Maestro se encamina a un nuevo orden de relación social donde el varón y la mujer comparten la vida en mutua entrega y armonía sin ninguna enemistad, imposición ni sumisión, logrando vivir juntos para siempre. Veamos:
1. Apostar por la vida familiar y por la vida de estar en pareja viviendo el regalo maravilloso de la alteridad es apostar por construir el amor en las distintas relaciones, tomando riesgos sí, pero sin ningún tipo de desconfianza, enemistad ni repudio, como tampoco de exclusión, dejando que surja la valentía que nos proyecta ha vivir en armonía la creación de amar, más allá de estar basados en estatutos jurídicos o de estar meramente cimentados en leyes que pueden limitar al varón y a la mujer a soñar, a construir y a proyectar amando. La pregunta de unos fariseos a Jesús sobre la practica del divorcio: ¿Le es lícito al marido separarse de su mujer? (vv. 2) quiere poner a prueba, contra la espada y la pared al Maestro porque tanto en la escuela del judaísmo como en el mundo greco-romano era normal repudiar a la mujer en casos incluso exagerados, curiosos y muy extremos. Este desprecio estaba regulado por la Ley (Torá) favoreciendo en todo sentido al varón, haciendo sufrir a las mujeres de Galilea. La mujer era totalmente esclava del varón y el divorcio como ley jurídica no era tampoco favorable para ellas como lo podemos conocer hoy, pues se otorgaba solamente por iniciativa del varón.
2. Los fariseos basados en esta ley jurídica (casuística) y actuando con una mentalidad reducida, poco abierta a la armonía y al valor de la persona por sus pretensiones de superioridad creen que las dificultades, los problemas y las situaciones inevitables que suelen suceder en el ámbito familiar eran suficientes para repudiar, discriminar y consentir la separación, rompiendo con la unidad, causando división y desarmonía entre el varón y la mujer. La mujer judía vivía dentro del matrimonio totalmente controlada por el varón quien podía romper el contrato matrimonial por sucesos banales como dejar quemar la comida, expulsando de la casa a su esposa. La mujer, por el contrario, sometida y sumisa a su esposo, no podía actuar de otra manera si no a la orden y comportamiento del marido. En realidad no había una doctrina en la antigüedad sobre el matrimonio, no había posiciones claras, cada uno podía decir o expresar lo que quería desfavoreciendo a la mujer. Ciertamente las leyes nos pueden facilitar y ayudar a resolver muchos problemas y enredos de nuestra vida y, esto muy bueno; pero estas leyes siempre pueden ser un reajuste o una manera de reacomodarnos a nuestros intereses, aun cuando se trata de aspectos importantes y decisivos en la experiencia de nuestra vida porque en ocasiones estas leyes hacen que el vínculo de una unión fracase y no se viva de acuerdo a los planes de Dios.
3. Lo lícito o lo que creemos legal, jamás podrá llegar al fondo de las realidades humanas en las que nos movemos como hombres y como mujeres, como personas valiosas y con dignidad. No basta solamente cimentarnos en las leyes o en las normas establecidas e implacables que muchas veces usamos como costumbre para sentirnos tranquilos, es importante ir un poco más lejos, profundizar en cada una de estos parágrafos y reglas para impregnarnos del amor que nos une y nos permite construir de una manera armónica sin desprecios o repudios, pues Dios no nos ha creado para vivir solos ni en soledad, sino en relación (cf. Gen 2, 18-24), en compañía, en una condición familiar que supera toda dureza de corazón y de imposición para vivir de una manera plena y feliz junto a otros, creando lazos de amistad y de verdadero fraternidad y amor.
4. Toda persona ha nacido de una forma original y en relación; pero en los procesos y en la experiencia de vida nos vamos convirtiendo en simples y sencillas fotocopias que nos impiden crecer y avanzar. Por eso, la respuesta de Jesús frente a la pregunta de los fariseos sorprende a todos porque, por una parte les invita a evaluar sobre lo que dice la ley: ¿Qué os prescribió Moisés? (vv. 3), y por otro lado les invita a descubrir el sentido y el significado del proyecto original de Dios (vv. 4-8), que está por encima de cualquier ley o norma que por condiciones o situaciones humanas hayamos acomodado a nuestros intereses. Y ¿Qué era lo que Moisés había prescrito sobre este evento y practica del divorcio? En Deuteronomio 24 se nos dice tres cosas importantes para el tema del divorcio: La primera acción consistía en escribir un acta de divorcio, la segunda entregarla en la mano y finalmente repudiarla. Estas palabras son la respuesta de los fariseos al Maestro (vv. 4), aunque omiten la segunda acción. Es como si le dijeran al Maestro esta es la Torá; pero, la reacción de Jesús es sorprendente porque no se detiene en interpretaciones ni en fundamentalismos de lo que aquí se prescribe.
5. Jesús ahonda en el misterio original del ser humano porque quiere proteger y darle el puesto a la mujer superando las leyes machistas y fundamentalistas que se había impuesto en el pueblo judío por la dureza del corazón (vv. 5), en especial de los varones que con sus comportamientos y respaldados por una ley controlaban y sometían a las mujeres a su voluntad. Jesús no entra en las condiciones que manejaban y discutían los fariseos para llevar a cabo el repudio de la mujer. La pregunta a Jesús era una trampa, lo cual la respuesta que diera iba a ser señalado; pero el Maestro no se queda con ningún texto, como tampoco asume una interpretación de algunas de las normas, él se remonta a observar la voluntad del Creador (vv. 6), dando un principio de lectura diferente desde la intención y el corazón de Dios. Esto nos pone en un camino de discernimiento porque nos conduce a revisar nuestra vida y nuestras circunstancias, reconociendo cuál es el sueño en el corazón de Dios. Nos pide, entonces ir un poco más lejos con respecto a las leyes y a las normas. No se trata de abolirlas, sino de darles el sentido y significado práctico en nuestras relaciones personales y humanas, basados en la voluntad y el corazón de Dios.
6. Hombre y mujer han sido creados en igualdad:;...Él los hizo varón y hembra (vv. 6) para vivir en la historia del amor y de la vida, en mutua responsabilidad y esperanza, llamados en el encuentro a convertirse en una sola realidad: ...los dos se harán una sola carne (vv. 8), siendo amantes uno a otro, como Dios ama, con un amor eterno y duradero, entregado y gratuito, más allá de la muerte. Este es el sueño que vibró en el corazón de Dios cuando creo al mundo y puso al ser humano a su imagen y semejanza. Es verdad, no es fácil complementarse; pero, Dios no ha creado al varón para supeditar a la mujer, como tampoco ha creado a la mujer para que esté por encima del varón. Hombres y mujeres, aunque diferentes tienen igual condición y dignidad y por eso, no es posible que haya dominación entre el uno y el otro, aunque surjan los eventos difíciles o los momentos de sufrimiento en los distintos aspectos cotidianos de la familia (cf. Salmo 127, 1-6). Hombre y mujer se complementan en el verdadero encuentro de la historia y de la vida. El encuentro, aunque muchas veces es agotador por las distintas situaciones y circunstancias que suele darse en el proceso humano, asimismo construye la vida y en el trascurrir de ella facilita elementos que aportan en la construcción de la pareja, convirtiendo este maravilloso proceso en un arte de vivir juntos para siempre, ayudados con el aliento y la gracia de Dios: lo que Dios unió, no lo separe el hombre (vv. 9).
7. Por supuesto que algunas personas como los discípulos de Jesús, siguen pensando y compartiendo las ideas de los fariseos (vv. 10). En la intimidad de la casa los discípulos vuelven a preguntar al Maestro sobre el asunto que él había explicado ya a los fariseos (vv. 10); sin ampliar mucho; pero con un añadido. El Maestro les responde que la estructura original del ser humano es una vida compartida donde no cabe la exclusión, ni el rechazo y el repudio, como tampoco la sumisión, la rivalidad y la imposición (vv. 11-12) patriarcal ni feminista. Moisés había intentado humanizar la práctica del divorcio con sus palabras; sin embargo, Jesús avanza y se atreve ir mucho más lejos, resaltando la voluntad del Padre, la cual no consiste en separarse, sino en mantener viva la comunión, basada en el respeto y la mutua relación. Cada uno de nosotros como personas en relación estamos en la capacidad de vivir amores duraderos que se construyen y se juegan todo, creando lazos fuertes y saludables, generando vida. Somos una unidad en la diversidad. Es en lo diverso donde como hombres y mujeres encontramos la capacidad de complementarnos, proyectando y construyendo el amor por encima de todo lo que quiera impedir llevar a cabo la unidad en la diversidad. Dicho de otra forma, la visión, el proyecto de Dios se enfoca en la unidad, en la verdadera comunión, aunque exista la diversidad y, no en las discordias, causadas por la dureza y la legalidad de un corazón duro impregnado de machismo y de poca flexibilidad y servicio. El fundamentalismo y el legalismo no hace bien a la relación humana, es importante ir a la fuente de la vida y del amor con un discernimiento claro que nos facilite descubrir herramientas valiosas de relación para continuar avanzando junto a otros que son diferentes a nosotros y a nuestras formas de pensar y de actuar. El divorcio como practica en una relación humana, antes de ser un salida o alternativa consiste en ser parte de la dureza del corazón. Quien no cuida y profundiza sus relaciones con inteligencia y fidelidad, traiciona los caminos de la vida.
8. Somos un proyecto de unidad constructiva basados en el amor maduro y responsable. Somos personas que sabemos caminar siempre hacia adelante, fundados en el servicio y en crear relaciones sólidas y saludables donde el corazón duro y todos sus derivados como el odio, el egoísmo, el rechazo, el uso de una cantidad de máscaras no tienen cabida porque tenemos la capacidad de superar los obstáculos y de trabajar constantemente en nuestras relaciones humanas, acogiendo las acciones que generan vida y que proceden del amor y la misericordia de Dios, evitando llegar a instancias dramáticas de divorcio, que al final y, en consecuencia sólo ocasiona relaciones nocivas, agresiones violentas y, muchas veces poco beneficiosas para la pareja, la familia y para los hijos. Una pareja que permanece unida construyendo el amor es una pareja que se distingue, es ejemplo de vida para muchas personas. Este es el sentido de ser una sola carne. Varón y mujer somos atraídos para vivir unidos por un amor libre y gratuito, por eso se concluye diciendo: lo que Dios unió que no lo separe el hombre (vv. 8). Lo que esté fundamentado entonces en Dios nada ni nadie lo puede dividir ni separar, como tampoco marginar con pretensiones de superioridad o de dominación, pues Jesús...por la gracia de Dios gustó la muerte para bien de todos (Hb 2, 9-11), luchó por encontrar siempre nuevas alternativas de vida no sujetas a la voluntad propia, interesada y privilegiada de sí mismo, sino por el querer del Padre, generando una solidaridad inmensa como servicio y bienestar para los demás, dando un orden, un sentido de pertenencia y de equilibrio, aun cuando hayan tensiones, logrando vencer las discriminaciones, los rechazos y las separaciones que destrozan la imagen y el proyecto de unidad y del amor soñado por Dios.
9. La referencia a otras personas nos abre la posibilidad a la fraternidad y a la verdadera amistad, sacándonos del encierro y de la comodidad de aferrarnos a unas seguridades que nos vuelven implacables y nos impiden ver en las demás personas algo más de lo que ya hemos visto en ellas. Al igual que las mujeres, los niños, los pobres y los enfermos del pueblo judío eran despreciados por su condición social. En un cambio de escenario, los discípulos se incomodan porque le han presentado unos niños al Maestro (vv. 13). Los discípulos de Jesús todavía impregnados de rigurosidades quieren alejar a los niños negándoles la bendición de Jesús, se hacen obstáculo porque creen que un verdadero Maestro no puede entretenerse con niños porque pierde su autoridad y, por ende será poco creíble. La reacción negativa de los discípulos dejan observar la actitud de aquellos que solamente ven en los niños un estorbo, un impedimento para crecer. Casi siempre este tipo de personas ponen a un lado a los niños como en un segundo plano porque los consideran como el mundo de los impertinentes, de los inquietos y de los necios que no dejan escuchar y actuar de una manera adecuada. Estas actitudes de los discípulos muestran que no asimilan las actitudes y comportamientos de Jesús fundamentados con los criterios del Reino (vv. 15) que construye y transparenta el amor, el servicio y la vida.
10. El enfado del Maestro (vv. 14) se hace evidente porque Jesús no tolera ni está de acuerdo con despreciar a los débiles, a los que la sociedad considera "sin derechos". Los niños son una realidad sagrada y, por eso reprocha el comportamiento de sus discípulos. La reacción del Maestro es dejar que los niños vengan hacia él (vv. 14), porque un niño aislado, rechazado y despreciado no puede tener vida. Un niño necesita dejarse proteger, cuidar, ser atendido y hasta dejarse corregir poniéndose en manos de otros con toda humildad y sencillez aprendiendo a valorar y a conocer a las personas sin albergar resentimientos, sumisiones e imposiciones que complicarían su vida, incluso como niños no buscan ganar méritos ni ocultarse detrás de una máscara como tampoco alcanzar o sentirse respaldados por un poder o un privilegio. Los niños estás desprovistos de cualquier ambición o pretensión egoísta. Este es el mundo y la visión de los niños, de los cuales aprendemos mucho y, en consecuencia no pueden ser excluidos: Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos (vv. 16) porque no se caracterizan por ser meramente vulnerables e indefensos sino porque están por vivir y aprender a crecer en un largo proceso de vida.
11. Los niños al igual que las mujeres deben ser protegidos porque como personas con dignidad al igual que los varones son importantes y valiosas para la vida, son un don, un regalo al que todos esperamos ver crecer y vivir de una manera plena y feliz su vida. Así que, ser adultos no implica que dejemos de ser niños. Aprender a sacar el niño que llevamos dentro, aunque nuestra vida haya pasado por diversas situaciones y circunstancias, aportaría con multitud de beneficios a los demás, facilitando hacer de nuestra vida un camino de felicidad, disfrutando de todo lo que hacemos, junto a otros sin condicionamientos, sin enemistades ni prejuicios. Este abrazo y ternura de Jesús es para los niños con el fin de que no se sientan solos ni abandonados. Un abrazo que nos alcanza y nos acobija también a nosotros para que cerca a él y en sintonía a los latidos y vibraciones de su corazón aprendamos a oír la voluntad de vivir juntos para siempre.
12. En resumen, el arte de vivir juntos para siempre consiste en proteger a las personas más allá de la norma para que unidos estemos dados para el amor, logrando hacer viable la amistad, la verdadera convivencia y la fraternidad, arriesgando a superar el mero tratamiento lícito y legal para construir juntos el proyecto original del amor con humildad y sencillez, transformando realidades y relaciones humanas, avanzando hacia la comunión y la relación con quien es la fuente del Amor y de la vida: Dios. Es así, como entendemos que la respuesta de Jesús a los fariseos no busca regular la vida, sino iluminarla y renovarla para que respirando todos la voluntad del Padre, descubramos el sueño de hacer su voluntad, la cual consiste en unir con su amor los grandes proyectos de vida, superando los corazones duros que dividen y que nos separan entre unos y otros. Esto toma sentido cuando logramos entender que las distancias brotan desde el corazón; pero, lo propio de la obra de Dios consiste en vivir juntos, unidos en la misma sintonía de su corazón que nos quiere felices, amando, comprometidos a explorar con creatividad la historia que nos corresponde, teniendo la fuerza para mantener viva la llama del amor y de la vida y, como niños podamos abrir la puerta del corazón a la vida sin máscaras, sumergidos y abrazados en la confianza y en el crecimiento permanente de la esperanza y del amor, fuente de un Dios que nos ama y nos acerca siempre hacía Él.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
Comentarios
Publicar un comentario