CONTINUAR CREYENDO PARA QUE LA FE NO SE VENGA AL SUELO Mc 5, 21-43 Domingo Décimo Tercero, Tiempo Ordinario (B)

CONTINUAR CREYENDO PARA QUE LA FE NO SE VENGA AL SUELO
Mc 5, 21-43
Domingo Décimo Tercero, Tiempo Ordinario (B)

En nuestra experiencia de vida cotidiana como personas, nos hemos encontrado en situaciones límite (miedo, sufrimiento, culpabilidad, enfermedad, angustia y muerte), donde todo parece salirse de la manos, sentimos que perdemos el control, reaccionamos a través de la desesperación y de la ofuscación frente a todas aquellas situaciones que nos ponen en peligro nuestra propia vida; algunas de ellas nos dejan perdidos y derrotados, anclados en el pasado, otras nos convierten en un caldo de cultivo, impregnados de estrés, frustración, impotencia, con la idea de saber que no hay nada más qué hacer, queriendo tirar la toalla y, lo mejor el deseo de desaparecer, dejando todo en el olvido; sin embargo, en estas situaciones de adversidad, es cuando podemos aprender más, mostrando que podemos hacer algo más de lo que acostumbramos ya hacer, sobrellevando los momentos de crisis, sacando provecho y algo bueno de ellas, que nos permitan confiar para que fortalecidos y renovados continuemos hacia adelante, dando pasos de fe y de esperanza, caminando mucho más lejos de lo que ya hemos aventurado y trazado en nuestra existencia. A la Luz de la Palabra de Dios, Jesús devuelve la vida a dos mujeres. Una lleva doce años con una hemorragia, gastando todos sus bienes en médicos sin encontrar alguna solución. La otra mujer es una niña de doce años, hija de un jefe de sinagoga, quien estaba a punto de morir. Las dos dejan observar una organización nueva en su vida haciendo un camino nuevo de fe. Veamos:

1. Las dificultades y las situaciones adversas en nuestro camino de vida son inevitables, no importa los estratos, las diferencias sociales, éstas nos causan dolor, sufrimiento, miedo y angustia, y también, nos ponen a prueba porque nos hacen crecer y tomar la decisión de organizar de nuevo nuestra vida, de mirar para otros lados, tomando nuevas decisiones que seguramente nos conducirán a vivir de un modo diferente y realizado. La forma como respondamos a esos momentos adversos es lo que nos definirá, valorando cada evento y circunstancia, fortaleciendo el carácter para mantenernos firmes y así, continuar avanzando. Después de que Jesús llegó de Gerasa (cf. Mc 5, 1-20), pasando de nuevo a la otra orilla, se encuentra con dos situaciones comunes, dos historias entrelazadas, metidas una dentro de la otra. Por una parte un jefe de sinagoga, padre de familia, llamado Jairo, se acerca angustiado y se postra delante de Jesús para suplicar por su hija de doce años (vv. 42), ella está apunto de morir (vv. 21-23); en ese mismo camino una mujer enferma con hemorragias, desde hace doce años y, después de haber sufrido maltrato físico en manos de los médicos que trataron de curarla y de haber perdido todos sus bienes buscando la curación, se acerca a Jesús para tocar su manto, creyendo que en él está el remedio final a sus males (vv. 25-29) sin traumas y de forma gratuita. La enfermedad y la muerte choca con las fronteras y los límites de la vida, que muchas veces nos desaniman, nos retan y nos desilusionan; sin embargo, Dios se involucra en estas situaciones, aunque para algunos les pueda seguir sonando ilógico y sin ningún interés.

2. Caminar en situaciones límite no tiene nada que ver con las diferencias sociales ni tampoco con la persona. Jairo es un personaje influyente, tiene dinero, la mujer enferma es pobre y socialmente marginada, una mujer que habla solamente consigo misma; ambos tienen una situación que les afecta como personas y como familia; pero, ambos reaccionan a partir de su situación, confiando en el poder de Jesús; aquí no interesa el modo como se acercan a él, es lo que menos ahora interesa; es decir, no les preocupa cambiar de camino si el que eligieron primero no funcionó; solamente quieren alcanzar frente a una situación límite y de riesgo un objetivo. Lo importante es llegar a Jesús, sostenernos en él para sanar y levantar la vida sin interesar consecuencias y posibles comentarios por las acciones hechas. La prioridad para este papá y para esta mujer en este momento es la vida. Caminar en situaciones límite y de crisis es propio de nuestra vida, podríamos decir que es algo normal, algo que no nos puede anclar ni tampoco cerrar la posibilidad de encontrarnos con una alternativa distinta, despertando una nueva posibilidad que nos permita dar comienzo a vivir de una manera diferente. 

3. Caminar en las situaciones límite que nos suele aparecer en nuestra existencia nos abre muchas veces la puerta para crecer interiormente, nos hace ganar una fuerza espiritual que nos mueve a lograr algo más de lo que hayamos ya alcanzado, sabiendo que la enfermedad ni la muerte tienen la última palabra (cf. Salmo 29, 2-6.11-13), incluso nos mueve a buscar otras opciones que nos den solución, aunque haya que correr riesgos, venciendo diferentes obstáculos (vv. 27.35.40). Aquellas situaciones nos permiten poner la atención en Jesús, dándonos cuenta de la confianza plena en el poder del Maestro y, así sobreponernos para salir victoriosos y comenzar una vida nueva y realizada (vv. 34.41). Mantener la calma practicando la paciencia, venciendo obstáculos y confiando en Dios y en nosotros mismos, abren los espacios para continuar avanzando hacia los objetivos, aunque en el camino surjan nuevas y variadas dificultades (vv. 31.35.40). 

4. Jesús ante las acciones de aquel padre de familia y de aquella mujer y, a pesar de los apretujones de la multitud (vv. 31-32) y las malas noticias de muerte que llegaron de la casa de Jairo (vv. 35) para desanimarlo en su fe, reacciona hablando con ternura a la mujer, llamándola "hija", declarándola curada y felicitándola por su fe: Hija tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad (vv. 34). La gente en estos episodios de enfermedad y muerte aparece por todos lados, apretujan pero no tocan al Maestro, no entran en contacto con Jesús. De esta manera, el trato de Jesús no es genérico, él está con la mirada puesta en Jairo y en esta mujer enferma de hemorroides que entra en contacto con el Maestro. Por eso, es importante observar que una cosa es entrar en contacto con las personas y, otra muy diferente ver mucha gente que nos rodea, que nos apretuja; pero, al mismo tiempo sin tener alguna relación cercana. En este sentido, las palabras de los discípulos tiene alguna lógica: Estás viendo que la gente te oprime y preguntas: ¿Quién me ha tocado? (vv. 31). En nuestra sociedad muchas personas aparecen en nuestra vida; pero, pocas son las que entramos en una verdadera relación cercana; algunas, incluso se burlan de nuestras acciones y de nuestras aspiraciones, forman alboroto y dan grandes alaridos (vv. 38); sin embargo, la niña no ha muerto; está dormida... (vv. 39) dice Jesús.

5. La gente y los discípulos representa, reacciones diferentes, contrarias a Jairo y a la mujer enferma. Este hombre y esta mujer llegan a la fe, caminan un poco más lejos. La mujer enferma descrita en la soledad, con una salud deteriorada hasta el extremo, le queda poco de vida; las finanzas escazas y las expectativas agotadas; considerada impura, indigna para entrar en relación con Dios y con la sociedad; sin embargo, esta mujer aprovechándose de la confusión y de los apretujes de la gente, se arriesga a tocar el manto de Jesús (vv. 28). No se trata de un gesto mágico, sino un acto de fe: Hija, tu fe te ha salvado (vv. 34). Esta mujer va más allá de lo conocido, superando la marginación, la enfermedad, el mal físico, curando no sólo los males del cuerpo, sino además sus distintas relaciones humanas, familiares y sociales, restableciendo su vida, dando sentido a su experiencia. Este encuentro de Jesús y la mujer hemorroisa termina con un Vete en paz (vv. 34), dejando ver que la salvación funciona de una manera integral para que la persona esté integrada a la comunidad donde puede crecer, avanzar y realizarse, llegando a vivir de una forma plena y sorprendente. Estos beneficios maravillosos tienen como punto de partida la semilla de la fe que despierta entra en contacto.

6. Entre tanto Jesús anima y le pide un nuevo gesto de fe a Jairo, uno más complejo y difícil que el primero porque es posible que la tristeza causada por la noticia de aquellos que portaban la noticia de la muerte de su hija, envuelve al padre en la tristeza, considerando que es inútil continuar avanzando (vv. 35b): No temas; solamente te fe (vv. 36). Jesús pide a Jairo dar un paso más en este camino de fe. Mantener la fe y sostenerla en el tiempo y, en medio de realidades y situaciones adversas no es nada fácil; sin embargo, cuando todo parece difícil, las palabras de Jesús animan a Jairo a continuar hacia adelante, a continuar creyendo para que la fe no se venga al suelo. Esto es importante porque muchas veces frente a lo que nos parece complejo, lo único que logramos percibir son peticiones sin respuesta y la fe se desploma. Por eso, es interesante ser obstinado, manteniendo la fe frente a la desesperación, atravesando lo más difícil, reconociendo que la voluntad de Dios es la vida y, en ella se mueve la fe. Escuchar a quienes nos acompañan y nos animan en el camino a continuar nos puede dar la posibilidad de tener una perspectiva distinta de las situaciones adversas. Si Jesús no perdió el tiempo en el diálogo con la mujer enferma, muchos menos ahora lo va a perder con aquellos que son portadores de noticias negativas y de actitudes lloronas y espectaculares (vv. 38-39), personas que solamente tienen el fin de desanimar, de crear protagonismo y exhibicionismo, contribuyendo al pesimismo y a la distracción de levantar la vida y de centrarnos en el camino de la confianza, los cuales son clave para incorporarnos a un nuevo modo de vivir. 

7. Evitar rodearnos de personas que nos desaniman, que se burlan y nos distraen con su lloriqueo, que buscan aprovecharse de la situación para hacernos sentir en ridículo, lanzando ironías es dar un paso hacia adelante de fe. Algunas personas se burlan, les parece ridículo las palabras de Jesús; pero, las acciones de Dios son distintas, nos pueden sonar ilógicas en tiempos complejos; por eso, él saca a toda la gente y se queda solamente con la niña, sus padres y tres de sus discípulos (vv. 37. 40). Y, tomando la mano de la niña, le dice: Talitá Kum, muchacha, a ti te digo, levántate (vv. 41). Otras personas miran solamente las situaciones que les rodean, se quedan anclados en el conformismo, tomando una actitud de desinterés, creyendo que las situaciones no pueden ser transformadas ni renovadas. Pero, entendiendo que todo en nuestro camino de vida tiene momentos y aspectos negativos y positivos es necesario concentrarnos en las palabras de ánimo y de confianza de Dios, ignorando sin dejarnos afectar por las noticias negativas para estar al lado bueno de todas las cosas y continuar el camino, hacia el encuentro con la vida (vv. 41). No se trata de controlarlo todo porque no es posible hacerlo; pero, sí aceptar lo que nos toca vivir en cada momento, adaptados a las circunstancias que nos genera un camino de fe sin perder la mirada en la confianza en Dios y en nosotros mismos para continuar caminando hacia adelante sostenidos en el poder sorprendente de la fe. 

8. En esta misma sintonía quedarnos con las personas que nos harán sentir bien, que nos apoyaran, aquellos que nos ayudarán y serán testigos (vv. 37) en las ocasiones transcendentales, contribuyendo a levantar la vida en situaciones adversas es dedicar tiempo al crecimiento común, a la madurez espiritual; pero a la vez, es la oportunidad para cultivar fuertes amistades. Esto nos implica saber que aunque las situaciones parezcan cada vez más complicadas es posible que lo siguiente que viene sea mejor, que podemos ver algo más que otros no alcanzan a ver por su pesimismo. De esta manera, es posible salir adelante para no quedarnos estancados en el problema que no se puede resolver (vv. 36), logrando mirar el camino de vida que nos queda por delante para levantarnos, avanzar y crecer proclamando una vida plena: La niña no ha muerto, está dormida (vv. 39b), transformando con confianza una experiencia dolorosa en algo distinto que nos conduzca a vivir de un modo diferente: …tomando la mano de la niña, le dice: Talitá Kum, que quiere decir muchacha a ti te digo levántate (vv. 41). Ponernos en pie y comenzar a andar de la mano de Dios, hacia aquello que queremos lograr, emprendiendo un nuevo camino de vida es definir y levantar nuestra vida, dándole un nuevo dinamismo que brota desde lo más hondo de nuestro interior para nuestro bien y también para el crecimiento y aporte constructivo a las demás personas. 

9. Las dos mujeres, vueltas a la vida por la misericordia de Jesús emprenden un nuevo camino...porque Dios no hizo la muerte ni se alegra con la destrucción de los vivientes...Dios creó al hombre para la inmortalidad y lo hizo a imagen de su mismo ser (Sabiduría 1, 13; 2, 23). Levantar la vida deja entrever a un Dios que es amante de la vida, que tocando y dejándose tocar acerca a unos y a otros. Esto lo va a experimentar Jairo en su propia casa. Entre tanto,  ambas mujeres definen una nueva ruta en la experiencia y en el camino de fe en Jesús. Aquí no importa la diferencia social ni la edad como tampoco la distinción entre un hombre y una mujer. Lo que le interesa a Jesús es levantar la vida poniendo la mirada generosa y solidaria en los demás (cf. 2Cor 8, 7-9.13-15) para que sostenidos en el camino de fe avancemos en todos los aspectos de nuestra vida. Para esto, es importante disfrutar de los pequeños y de los grandes detalles de la vida, de la belleza de lo cotidiano sin perder la capacidad de asombro y de regocijo, incluso en los peores momentos: Quedaron fuera de sí, llenos de estupor (vv. 42b). Frente al dolor no se hace preguntas ni se elaboran grandes respuestas definitivas. Lo mejor es ponerse en camino para vivir un encuentro que nos anima y nos evita que la fe se nos acabe y se venga al suelo. En el colmo de la desesperación causada por la muerte o por el temor de perder la vida, la cual parece que se nos escapa de nuestras manos es importante entrar en contacto; no como trasmisores de poder mágico, sino de calor humano, haciéndonos cercanos de los demás, animando la llama de la fe para continuar creyendo, aunque todo parezca oscuro e incomprensible.

10. En resumen, levantar la vida como camino de fe es abrir nuevos caminos de vida en medio de los apretujones y de las situaciones adversas y de crisis, centrados en el servicio generoso y decido por los demás: y les dijo que le dieran a ella de comer (vv. 43), logrando vencer los distintos obstáculos para alcanzar una mejor calidad de vida, siendo testigos del poder misericordioso de Dios en los momentos cotidianos y ordinarios de nuestra experiencia de vida. De esta manera, continuar creyendo para que la fe no se venga al suelo es dejarnos levantar de la mano de Jesús para volver a vivir, teniendo la capacidad de recibir y dar amor sin ninguna reserva, entrando en contacto cercano con muchas personas, haciendo gestos de vida que le vuelven la vida a quienes parece que todo está perdido. Creyendo abrimos caminos de vida; despertamos la semilla de la fe.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

Comentarios

  1. Buenas noches Luis.

    La fé auténtica no se sostiene por el miedo a que se venga abajo, sino por la convicción en lo que se cree.

    ¿Qué es lo que te hace dudar tanto que necesitas mantenerla a flote?

    ¿Cómo puede la fé encontrar firmeza más allá del miedo a perderla?

    Espero tu respuesta, gracias de antemano.

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    Respuestas
    1. Abel, buenas tardes
      Gracias por su comentario y por su preguntas. La fe se nos ha dado en forma de semilla. Ésta va creciendo en la medida que entramos cada vez más en relación con el buen Dios. Cuánto más le conocemos nos facilita dudar menos y por consiguientes sentirnos sostenidos por él sobre todo en situaciones límite de nuestra existencia

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    2. Buenas vespertinas amigo.

      Agradecido por que compartas tu perspectiva sobre la fé y la relación con Dios.

      ¿Cómo crees que podemos fortalecer nuestra relación con Dios en medio de las dificultades y desafíos de la vida?

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    3. Buenas tardes Abel....
      Fortalecer nuestra relación con Dios en medio de las complejidades de nuestra vida es todo un proceso, un reto porque en principio nos centramos en nosotros mismos, en nuestras dificultades. Es importante descentrarnos de lo que creemos que solamente a nosotros nos pasa para abrirnos a los demás. Lo mejor es el servicio, practicar la solidaridad, la generosidad haciendo bien, aportando a las personas nos facilita crecer y avanzar en nuestra relación con Dios. Nos podemos apoyar también con una buena comunidad, acompañados de la oración de acción de gracias y la buena interpretación de la Palabra de Dios.
      un saludo, Dios te siga bendiciendo

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    4. ¡Buenas tardes!

      Feliz día de la Independencia.

      Comparto tu perspectiva sobre fortalecer nuestra relación con Dios.

      ¿Cómo crees que podemos equilibrar el enfoque en nuestras dificultades personales con el servicio y la solidaridad hacia los demás de manera más efectiva?

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