CAMBIAR DE PRIORIDADES NOS FACILITA IDENTIFICARNOS CON EL AMOR Jn 4, 5-42 Tercer Domingo de Cuaresma

CAMBIAR DE PRIORIDADES NOS FACILITA IDENTIFICARNOS CON EL AMOR
Jn 4, 5-42
Tercer Domingo de Cuaresma
Luis Fernando Castro Parra
Teólogo-PUJ

Estamos en un mundo en el que referirnos al agua nos parece para algunos algo común porque nos hemos acostumbrado tanto a abrir un grifo y ver el líquido precioso caer que ya no nos sorprende. Para algunas personas y para otros lugares en particular referirse a este elemento vital para todos los seres humanos es de gran importancia porque no sólo ocupa un gran porcentaje en nuestro cuerpo, casi alcanza las dos terceras partes, sino además este elemento es esencial para todos los desarrollos y los procesos del ecosistema. Esto nos permite deducir que el agua es de gran importancia para la vida; sin embargo, la escasez es visible en muchas partes de nuestro planeta, causando o desatando muchos problemas de salud y de muerte. Por eso, la insistencia de muchos medios ambientales es cuidar el agua para que podamos como seres humanos disfrutar de este bien tan preciado por un largo tiempo de nuestra vida. Pensemos, igualmente que al no beber del agua de la vida la sed será muy grande, ocasionando que nuestro interior se seque, se haga árido y no podamos avanzar, nos distraigamos de lo que es esencial y más importante. A la Luz de la Palabra de Dios, en un momento de mayor calor en el día (hora sexta) y de forma casual, en presencia de un célebre pozo, Jesús y una mujer samaritana entablan un diálogo profundo y entrañable alrededor del agua dejándonos algunas herramientas que nos facilitan dar mejores pasos existenciales hacia adelante en el que la comunidad y la sociedad en general se ve beneficiada y bendecida grandemente. Veamos:

1. Estar más allá de lo que nos limita es una posibilidad que tenemos todos los seres humanos para hallar y conocer nuevas experiencias que seguramente nos llevarán a encontrarnos con algo mucho más grande de lo que nosotros hemos podido alcanzar. Jesús llegando a Sicar, territorio de Samaria sea acerca al pozo de Jacob, hacia la hora sexta (hora de mayor claridad) donde también una mujer samaritana, la cual no tiene nombre, se acerca para sacar agua del pozo. En este lugar se entabla un encuentro de estos dos personajes quienes movidos por la sed comienzan a generar de forma casual un diálogo ameno y creciente (vv. 1-30), rompiendo una rutina. Frente a la solicitud del Maestro de pedir agua a la mujer samaritana: dame de beber (vv. 7) observamos en principio como Jesús toma la iniciativa del encuentro, mientras que la mujer parece evitar el diálogo: Tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy mujer samaritana (vv. 9). Esta reacción es razonable cuando lo normal era que un judío se abstenía de pedir algo a un samaritano, el cual era considerado su enemigo. No habían buenas relaciones humanas. Tanto que evitaban dirigirse la palabra unos a otros y, más aún a una mujer a quien por su condición sufría la exclusión. Pero, el gesto de Jesús es muy humano porque es un gesto que nos hace entender el camino de la acogida en el que se quebrantan prejuicios y discriminaciones. Asimismo descubrimos en este inicio de encuentro un Dios que puede hacer mucho por nosotros para que podamos renovarnos en todos los sentidos de nuestra vida sin interesar cual sea el lugar por donde estamos pasando (cf. Ex 17, 3-7). La mujer, por su parte, como buscadora de algo más que el agua del pozo dejó que Jesús se acercará a ella a plena luz del día, a diferencia de Nicodemo que lo hizo de noche (cf. Jn 3, 1-12). Este encuentro alrededor de un pozo pasa del pozo físico al pozo del corazón donde descubrimos en el corazón del Padre el don inagotable de la vida.

2. Algo que nos sorprende es ver la actitud de la mujer samaritana como buscadora de la vida, pues lo usual era ver que las mujeres cuando iban por agua a los pozos se acompañaban de otras mujeres e iban en una hora apropiada; sin embargo, esta mujer samaritana va sola y al mediodía, cuando la luz más resplandecía, mostrando cómo los samaritanos y cualquiera que decida entrar en contacto con Jesús podrá salir de la oscuridad a la luz total. Además, esta actitud es señal de una sed muy grande que no puede dilatar más. No es posible esperar más, es la oportunidad para romper con el pasado, con la rutina, con nuestros esquemas mentales y paradigmas anclados que nos impiden avanzar. La mujer necesita de algo mas en su vida cansada, triste y sin ilusiones. La actitud de esta mujer es interesante porque el encuentro con Señor es personal y no puede esperar. Hay que ir a solas en busca de lo que nos sacia y calma nuestra sed para escuchar su voz. Entonces, superado las limitaciones y las discriminaciones entrando en contacto con las personas, Jesús provoca la sed de la mujer. Tomar el agua del pozo no era garantía de calmar totalmente la sed porque tarde o temprano volvería a tener sed. Por eso, Jesús en una dimensión no tanto física, sino mejor trascendente, él va mucho más lejos. Se ofrece Él mismo donando el agua viva (vv. 10). Esto suscita en la mujer curiosidad y duda: ¿de dónde va a sacar Jesús esa agua si no tiene una vasija o un cántaro? Jesús es el portador del agua que mata la sed para siempre. Todo el que bebe de él puede saciar su sed y vivir en la luz de la vida. Jesús es la fuente de la esperanza, en él corren ríos de agua viva. Él llena los vacíos que hay en el corazón, en el interior y, que nos impiden muchas veces avanzar y crecer en nuestra vida. Llenar los vacíos es colmarlos con símbolos de vida que tengan un gran significado para cada uno de nosotros como personas, pero al mismo tiempo que sirvan para beneficiar a muchos otros seres humanos. El vacío, la sed no puede calmarse ni llenarse con cualquier cosa porque los resultados serían funestos y haría perder la identidad y el sentido de nuestra vida, dejando que el miedo y la soledad nos envuelva, nos atrape y nos impida realizarnos como personas en el amor.

3. La reacción de la mujer es ahora pedir de esa agua (vv. 15). Esta mujer samaritana acostumbrada a sacar agua del pozo para calmar su sed y usarla en las cosas cotidianas descubre en ella un deseo de beber el agua que da vida y vida eterna (vv. 14), vida plena. El agua que supera todas la expectativas de la mujer porque la libera de las idolatrías, de los muchos maridos (cinco dioses adorados por los samaritanos) y la centra en el conocimiento, en una nueva relación con el Dios verdadero, el Dios de la vida y del verdadero amor, el cual ahora no se adora en un lugar particular, sino en el mismo corazón (cf. Rm 5, 1-2.5-8) y en la capacidad de gestar la vida por medio de acciones concretas impregnadas de bondad, misericordia y servicio para muchas personas. El deseo de beber el agua de vida eterna es el deseo de vivir plenamente de una forma consciente, tomando buenas decisiones que nos facilitan crecer y mejorar en lo que hacemos, aún cuando tengamos que tomar la decisión de desprendernos de algo para aprender y hacer algo nuevo: la mujer dejando su cántaro... (vv. 28). La mujer samaritana, gracias al encuentro con el Maestro, cambia sus prioridades y expectativas, se olvido del motivo por el cual había llegado al pozo. Tanto que abandona su cántaro, esto ahora le resulta inútil, dejando así, su pasado para abrirse a la novedad del amor. Es necesario deshacernos de cosas que nos limitan, que nos estorban para que Dios siga obrando y transformando el corazón con sus palabras y con su amor. Ya no necesitamos cargar ese cántaro, tampoco llevar en nuestro interior un vacío, ni estar atrapados en un pasado cuando tenemos ahora a quien nos restaura y nos anima a continuar hacia adelante viviendo de una manera diferente. Entonces, es importante crear el espacio para vestirnos de una nueva vida que nos conduzca a hacer cosas que no hacíamos antes, pero que seguramente nos hacen libres y felices porque comenzamos a vivir una vida generosa, plena y sin límites, compartiendo la alegría, el amor junto a otros.

4. El cambio de prioridades nos conducen a contar experiencias nuevas a otras personas. Nos sacan de nosotros mismos para dar lo mejor de nosotros. Nos sacan de una realidad pasiva para ponernos en un camino hacia el encuentro con otros. Del mismo modo como Jesús se acercó a la mujer, la samaritana también sin dudarlo lo anuncia, quiere que todos conozcan el amor diferente, que llena el vacío y los hace para siempre. La mujer de Samaria, entonces comienza a tocar las puertas de Sicar para anunciar su vivencia con Jesús, aún cuando no tenía todavía muchas herramientas. Esto era lo menos importante. Ya habría el tiempo para mejorar y crecer. Lo importante era correr para anunciar a un Dios de amor, un Dios cercano, un Dios vivo, quien nos ha ofrecido la verdadera fuente de agua viva y, el cual no queremos alejarnos, sino adorar en espíritu y en verdad (vv. 24). Aquí hay entonces un cambio de prioridades que nos facilita identificarnos con el amor, con la vida, permaneciendo siempre y caminando en plenitud. Cambiar las prioridades es identificarnos conscientemente que hay algo mejor y superior al resto y, en efecto es urgente contarlo, compartirlo sin escatimar esfuerzos para que otros conozcan y puedan ellos también avanzar en todos los aspectos de su vida: Muchos samaritanos de aquel pueblo creyeron en él por la palabra testimonial de la mujer (vv. 39).Por eso, es importante conocer con quién me estoy identificando y, asimismo evaluar prioridades que nos ayuden a progresar y bendecir a muchas personas porque cuando nos dejamos llenar del amor de Dios tenemos suficiente también para dar a los demás, multiplicando vida, amor y esperanza en otros.

5. Cuánto bien hace una simple conversación amena y con buen sentido porque da fluidez y realismo a nuestra existencia. El éxito de la misión de la mujer samaritana comienza a dar resultados inmediatos porque algunos salieron del pueblo para ir donde Jesús (vv. 30). Una simple y casual conversación, se ha convertido ahora en una bendición para muchas personas. El amor, como fuente de vida se continúa derramando para todos, en especial para quienes buscan calmar el hambre y la sed interior. Las grandes cosas comienzan en pequeños detalles, con pequeños diálogos donde se condensa la vida. Paso a paso este se convierte en algo gigante que hace mucho bien cuando lo compartimos, dando así mucho fruto, sinónimo de una vida abundante y plena.

6. En contraste con el diálogo entre Jesús y la samaritana observamos el diálogo de Jesús con sus discípulos, con la comunidad, quienes están más concentrados en la comida. Los discípulos quieren que el Maestro coma y se alimente (vv. 31). Esta es su más pronta prioridad. Parece que no pueden ver más lejos. Se han quedado anclados. Ellos no se han percatado de lo sucedido porque sencillamente, aún cuando están con el Maestro no se han identificado con Él y con su proyecto. Sus prioridades son otras. Parece que no han hecho un proceso ni tampoco un itinerario de crecimiento como sí lo ha hecho aquella mujer samaritana quien paso de tratar a Jesús como judío, profeta, Señor a reconocerlo junto con los otros samaritanos como el salvador del mundo (vv. 42). Los discípulos están funcionando en otro canal, diferente al proyecto de Jesús. Por eso, la reacción de Jesús es no alimentarse con lo que ofrecen sus discípulos (vv. 32-35) porque su alimento va mucho más lejos, tiene otra prioridad. Él funciona en el canal y la voluntad del Padre. Jesús quiere realizar el proyecto de libertad y de vida que el Padre le ha confiado (vv. 34) para que muchos se contagien de su amor y de su verdad. No siempre funcionar en otro camino significa que los resultados sean mejores o sea el mejor. Muchas personas quieren ser libres y felices, pero no quieren pagar el precio, ni tampoco hacer esfuerzos significativos que aporten y ayuden a esta objetivo porque sencillamente están concentrados en otras cosas distintas a la voluntad divina. Se concentran en pequeñas cosas que aunque parezcan que son prioridad al final nos podemos dar cuenta que no era lo esencial para continuar hacia la meta. Es importante ir más allá de nosotros, de nuestras limitaciones y de nuestros esfuerzos para lograr llegar más allá de lo que nos habíamos propuesto, transformando nuestra vida en una corriente de agua de viva que no se detiene para escuchar, dialogar y compartir lo mejor de lo que somos como personas amadas por el Padre.

7. En resumen, cambiar de prioridades nos facilita aprender a identificarnos con lo esencial de la vida y el amor, dando sentido a lo que somos y a lo que podemos dar, cuando vacíos y tal vez, sin alguna ilusión dejamos que Jesús se acerque a nosotros para que su agua viva nos libere, nos restaure el corazón, superando todo prejuicio, miedo y apego, abriendo la posibilidad de desarrollar la capacidad de ser respuesta para muchas personas que necesitan ser escuchadas, amadas y bendecidas por el amor y la misericordia incondicional y sin límites de un Padre que nos ama hasta el extremo y sin medida. Cambiar de prioridades en el amor nos permite identificarnos con el amor para conducir a otros hacia el Dios vivo y fuente de vida que es el amor abundante y transformador.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo PUJ- Magister en Familia- ULIA
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

Comentarios

Entradas populares de este blog

SABER ESCUCHAR PARA AMAR Mc 12, 28b-34 Domingo Trigésimo Primero del Tiempo Ordinario (Ciclo B)

EL ARTE DE VIVIR JUNTOS PARA SIEMPRE Mc 10, 2-16 Domingo Vigésimo Séptimo. Tiempo Ordinario (Ciclo B)

RESCATAR LA VIDA, SIRVIENDO CON GENEROSIDAD Mc 10, 35-45 Domingo Vigésimo Noveno del Tiempo Ordinario (Ciclo B)