ACCIONES PARA SERVIR CON LIDERAZGO Mc 6, 30-34
ACCIONES PARA SERVIR CON LIDERAZGO
Mc 6, 30-34
Cuán importante es trabajar, mantenerse activo, pero también buscar momentos especiales y oportunos para descansar, evitando el corre, corre, la fatiga, el estrés, la rutina y en cansancio que muchas veces nos llegan a desanimar y hasta tomar la decisión de abandonar el camino constructivo de nuestro proyecto de vida para crecer y servir mucho mejor. A la Luz de la Palabra de Dios, Jesús pastor en su itinerario de misión genera vida a las gentes y enseña a sus discípulos algunas acciones para ser más efectivos en la práctica de la misión. Veamos:
1. Después del arduo trabajo, de haber puesto el talento, la habilidad, la profesión al servicio de las demás personas, es importante también descansar porque permite darnos el tiempo para evaluar aciertos y desaciertos por mejorar, para contar las alegrías y las situaciones adversas a los suyos; dar al mismo tiempo espacio para la familia, la oración, la lectura, la escucha y la reflexión de la Palabra de Dios, revistiéndonos así de nuevas fuerzas, dando descanso a la mente y al cuerpo cuyo fin nos permita y nos facilite continuar hacia adelante en la misión. Jesús recibe con alegría a los discípulos que habían sido enviados a la misión (cf. Mc 6, 7), todos los apóstoles se reunieron entorno al Maestro y Pastor para contarle todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado (vv. 30). De esta manera, Jesús incorpora a los discípulos a su acción, a su proyecto, a su obra, dejando de ser espectadores de lo que el Maestro enseñan y de lo que él hace para ser participantes directos de la misión. Pero, cuando regresan los discípulos de la misión Jesús en principio les propone descansar en un lugar solitario, lo cual nos permite observar cómo la comunidad de los apóstoles están en torno al Maestro, a él le reportan sus actividades y acciones y, al mismo tiempo Jesús es quien les invita a tomar un descanso...pues los que iban y venía eran muchos y no les quedaba tiempo ni para comer (vv. 31b). Programar descansos en comunidad, en nuestra vida cotidiana y, específicamente en el proceso creciente de la misión buscando reponer las fuerzas para estar a solos con el Maestro y para planear las siguientes actividades hace parte del proyecto intenso de Jesús porque él es nuestro descanso, nuestro alivio, él es nuestra paz (cf. Ef. 2, 14), él es nuestro descanso que repara nuestra vida, nuestro interior. Estar juntos en torno al Pastor es importante porque nos permite descansar, sentirnos protegidos y seguros (cf. Salmo 22 (23), 4), nos facilita crecer en la experiencia comunitaria (cf. Jer. 23, 1-6). La misión y las actividades que proponemos y desarrollamos muchas veces nos pueden poner en riesgo de dispersarnos en las distintas tareas, cayendo en el individualismo, perdiendo el objetivo y el centro de lo que es esencial y el sentido de la comunidad. Volver de la misión teniendo un lugar propicio para descansar y reportar lo hecho es dar el espacio para evaluar, reintegrándonos a la comunidad fraterna, incluso para vivir momentos de confrontación, de celebración, pero al mismo tiempo, revisar lo que hay por mejorar, corregir y proyectar. Cuando hacemos parte de una comunidad, no sólo nos sentiremos realizados porque estemos logrando un objetivo que forma parte de nuestro interés, sino también nos facilita estar alrededor de otras personas que nos colaboran y se alegran de poder conseguir el objetivo. Esto no será un objetivo solamente personal, también comunitario, muchos se alegrarán y muchos continuarán compartiendo nuestros logros como también nos alegraremos de los triunfos obtenidos por las personas con quienes compartimos y celebramos.
2. Descansar para evaluar en un ambiente comunitario es una expresión de vida y de responsabilidad que nos permite generar nuevas acciones que transformen y generen vida para nosotros y también para los demás, logrando que podamos actuar de un modo más efectivo en la proyección y en el desarrollo de la misión. El encuentro de los apóstoles, después de la misión con Jesús es motivo de alegría y de gozo. Los discípulos no ocultan su alegría, como tampoco tapan la experiencia vivida en la misión. Esto lo aprovecha Jesús para enseñar el valor del descanso (vv. 31) en el ritmo de vida de los discípulos misioneros, pues hay que aprender a entrar en la presencia de Dios con sabiduría humilde y con actitud de reconciliación para luego salir y comunicar la experiencia de vida a los demás con mayor responsabilidad y eficacia. Tener numerosas tareas es un motivo de orgullo porque continuamos sintonizados con el itinerario del Maestro, esto muestra una comunión activa con la obra y la misión de Jesús. Pero, no es recomendable dejarnos absorber por el "corre, corre", por el estrés y por las actividades porque es posible perder espacios de fraternidad, de oración y de unidad. Por eso, la importancia de tomar descansos comunitarios tiene su fin, estar y aprender de Jesús correspondiendo al encargo que hemos recibido (cf. Mc 6, 12). Trabajar y descansar entonces, no son dos acciones solamente paralelas, son complementarias y necesarias para lograr posteriormente alcanzar objetivos que nos permitan vivir con dinamismo lo que hacemos cotidianamente. Trabajar y descansar con otros nos facilita apoyarnos, socializando, creciendo en comunidad, logrando recargar fuerzas beneficiosas que nos permitirá continuar el camino con más energía, produciendo sin contratiempos, evitando la fatiga, el agotamiento, el ritmo constante de la misión. Descansar o hacer pausas activas es un momento para recibir. Una persona que descansa es más efectiva, tiene la capacidad de decidir mejor, realiza sus actividades con más fluidez, con mayor ánimo, puede enfocarse mejor en lo que hace y planear con mayor atención nuevas actividades, nuevos retos, que seguramente serán propuestas constructivas que contribuirá y ayudará a superar las necesidades de los otros con generosidad, aportando al crecimiento, haciendo que otros se sientan mucho mejor en el camino (cf. Salmo 22 (23), 6), fortaleciendo el crecimiento integral de los demás y mejorando la calidad de la vida.
3. En este camino de hacer comunidad, de trabajar y de descansar también se hace necesario y, no menos importante, observar (vv. 34) sin aislarnos de nuestra realidad porque hay muchas cosas, elementos, aspectos que están faltando, que todavía hay por resolver en nuestro entorno dándonos motivos para prolongar y extender la misión. Cuando la comunidad de los discípulos estaban reunidos entorno a Jesús Pastor y se habían ido en una barca, buscando un lugar solitario (vv. 32), la multitud cayendo en cuenta se anticipa al Maestro para pedirle que prolongue un poco más la misión. Jesús los ve y siente compasión (estar en el lugar del otro sin rechazar sin estigmatizar). La gente también quiere estar en torno a Jesús Pastor bueno, generoso y misericordioso (vv. 32-34). Hacer comunidad y tomar momentos, espacios de descanso no son suficientes si no miramos más lejos porque habrán muchos que andan por el camino sin tener comunidad sintiéndose, dispersos, excluidos, solos, abandonados...como ovejas sin pastor (vv. 34). Observar más lejos nos permite ver mejor nuestra realidad, las situaciones y las circunstancias que nos rodean, compadecernos de la situación de otras personas no para decirles "pobrecitos" sino para empatizar con ellos con el fin de que logren mejorar su calidad de vida: Yo recogeré el resto de mis ovejas de todas las tierras...las haré tornar a sus pastos, criarán y se multiplicarán (Jer. 23, 3). Pero, esta acción, al mismo tiempo nos facilita apropiarnos de nuestro camino para abrir la posibilidad de contribuir al bienestar de las demás personas, creando una sociedad reconciliada aunque esto nos implique salir de nuestra intimidad o nos llegue a desacomodar de nuestros intereses, logrando involucrar a otros para vivir encuentros constructivos (enseñar) con ellos...sintió compasión de ellos...y se puso a enseñarles muchas cosas (vv. 34). Por eso, pretender liderar y hacer un camino de vida solos, corremos el riesgo de perdernos, de estar desubicados y sin ninguna claridad para continuar avanzando. Caminar solos no siempre es recomendable porque necesitamos siempre de personas que con su generosidad (cf. Salmo 22 (23) 1-6) nos apoyan, nos animan, proponiendo y construyendo con nosotros el camino de la vida para que no caigamos en el abandono, en la insatisfacción interior de lo que hemos emprendido. Po tanto, el interés del líder para generar un mejor servicio de vida en favor de los demás se enfoca en hacer comunidad, en unir fuerzas, mirando a los demás con amor, con misericordia y generosidad para enseñarles, esto no para sentirnos superiores, sino para involucrarlos en el dinamismo constructivo y creciente de la vida, donde la Palabra de vida será más acogida para vivir de un modo mucho mejor.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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